Nicolás Sarquís concluye en Entre Ríos su nuevo film, con Graciela Borges
VICTORIA, Entre Ríos .- En la estancia San Lorenzo, un caserón hasta hace poco semiderruído ubicado a ocho kilómetros del centro urbano de la ciudad entrerriana de Victoria, el director Nicolás Sarquís rueda las escenas finales de "Sobre la tierra", su quinto largometraje, con un elenco encabezado por Graciela Borges, Germán Palacios, Pochi Ducasse, Víctor Manso y el actor alemán Peter Gavajda.
No es fácil llegar a esos campos ahora secos por la falta de lluvia y poblados por añosos árboles a los que la vista de un río algo lejano y un hondo silencio convierten en un lugar casi misterioso.Allí se alza el casco de la estancia transformada por la imaginación y el talento de la escenógrafa Gabriela Chistik en una finca de frentes rosados y habitaciones decoradas con muebles y elementos cotidianos que convierten al lugar en una residencia a la que el paso del tiempo marca huellas de abandono y desidia.El equipo técnico, soportando un sol que cae a plomo, prepara en un patio con aljibe, sillones de mimbre y baldosas ajadas la inminente escena por rodarse. Nicolás Sarquís -sombrero de paja, voz casi susurrante- da las indicaciones finales para que unas reacias gallinas se decidan a aparecer en cuadro picoteando el maíz maíz que les arrojan Graciela Borges y Germán Palacios.
La toma, repetida varias veces, deja por fin satisfecha al director que ordena un descanso. La ocasión es propicia para que La Nación pueda dialogar con Sarquís, un cineasta que a lo largo de su trayectoria cinematográfica, que parte de "Palo y hueso" (1967) y prosigue con "La muerte de Sebastián Arache y su pobre entierro" (1972), "El hombre del subsuelo" (1981) y, recientemente, "Facundo, la sombra del tigre".
En todos estos films, Sarquís demostró su enorme vocación por una temática enraizada en un micromundo de hombres y mujeres inmersos en tensas anécdotas con riguroso sabor de epopeyas.
"El proyecto de rodar "Sobre la tierra"- explica- nació en 1986, cuando leí la novela de Diego Angelino, un autor argentino al que yo desconocía totalmente. De inmediato me impactó el clima de la trama con sus personajes penumbrosos y sus conflictos de enorme hondura emocional. Me puse a rastrear la literatura de Angelino, y me encontré con otro libro suyo, titulado "Con otro sol", que en 1974 un jurado integrado por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Alicia Jurado, Eduardo Mallea y Leónidas de Vedia le había otorgado el primer premio de un concurso del diario La Nación. Así comprobé que el primer cuento de este volumen, "Bajo la luna, sobre la tierra, bajo la noche", era la base sobre la que Angelino se había inspirado para elaborar su novela "Sobre la tierra".
No es fácil llegar a esos campos ahora secos por la falta de lluvia y poblados por añosos árboles a los que la vista de un río algo lejano y un hondo silencio convierten en un lugar casi misterioso.Allí se alza el casco de la estancia transformada por la imaginación y el talento de la escenógrafa Gabriela Chistik en una finca de frentes rosados y habitaciones decoradas con muebles y elementos cotidianos que convierten al lugar en una residencia a la que el paso del tiempo marca huellas de abandono y desidia.El equipo técnico, soportando un sol que cae a plomo, prepara en un patio con aljibe, sillones de mimbre y baldosas ajadas la inminente escena por rodarse. Nicolás Sarquís -sombrero de paja, voz casi susurrante- da las indicaciones finales para que unas reacias gallinas se decidan a aparecer en cuadro picoteando el maíz maíz que les arrojan Graciela Borges y Germán Palacios.
La toma, repetida varias veces, deja por fin satisfecha al director que ordena un descanso. La ocasión es propicia para que La Nación pueda dialogar con Sarquís, un cineasta que a lo largo de su trayectoria cinematográfica, que parte de "Palo y hueso" (1967) y prosigue con "La muerte de Sebastián Arache y su pobre entierro" (1972), "El hombre del subsuelo" (1981) y, recientemente, "Facundo, la sombra del tigre".
En todos estos films, Sarquís demostró su enorme vocación por una temática enraizada en un micromundo de hombres y mujeres inmersos en tensas anécdotas con riguroso sabor de epopeyas.
"El proyecto de rodar "Sobre la tierra"- explica- nació en 1986, cuando leí la novela de Diego Angelino, un autor argentino al que yo desconocía totalmente. De inmediato me impactó el clima de la trama con sus personajes penumbrosos y sus conflictos de enorme hondura emocional. Me puse a rastrear la literatura de Angelino, y me encontré con otro libro suyo, titulado "Con otro sol", que en 1974 un jurado integrado por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Alicia Jurado, Eduardo Mallea y Leónidas de Vedia le había otorgado el primer premio de un concurso del diario La Nación. Así comprobé que el primer cuento de este volumen, "Bajo la luna, sobre la tierra, bajo la noche", era la base sobre la que Angelino se había inspirado para elaborar su novela "Sobre la tierra".
Por Adolfo C. Martinez
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